Durante los años que hemos estado involucrados en el mundo del fitness y de la preparación fÃsica, hemos escuchado historias tan fuera de la realidad y contexto, que bien pueden ser comparadas a las historias de ciencia ficción. Hemos escuchado de gente que se dice experta en el ramo, mencionar que con fajas térmicas colocadas en el abdomen perderemos grasa. ¿Cómo es posible que las moléculas de grasa salgan por los poros?, ¿en verdad puedes tú creer tal aberración fisiológica?, pues déjame decirte que al ver a un sin número de gente en los gimnasios y en los parques haciendo actividad fÃsica con fajas o hasta bolsas plásticas en sus cinturas, nos damos cuenta que estos mitos siguen dominando la creencia de este grupo de personas dañando en muchas ocasiones y hasta de forma irreversible el normal funcionamiento de nuestro sistema renal.
La ciencia de la preparación fÃsica y de la nutrición se han visto altamente beneficiadas a lo largo del siglo XX y XXI por los adelantos significativos en la BIOQUIMICA Y LA FISICA ATOMICA, dado a que estas ciencias nos han dado un marco de referencia de cómo están constituidos los compuestos orgánicos que conforman la base de los macro nutrientes (grasas, carbohidratos, prótidos y agua) y micronutrientes (vitaminas y minerales), y como se comportan los átomos de estos elementos al interactuar unos con otros.
Para entender cómo se pierde la grasa, remontémonos al gran quÃmico francés ANTOINE LAURENT LAVOISIER (1,743-1794), quien promulgó el principio de la ley de la conservación de la masa y de la energÃa, la cual dictamina que esta no se pierde sino solo se transforma. Por tal motivo, sabiendo que la grasa es un compuesto orgánico formado por los elementos, CARBONO, HIDROGENO Y OXIGENO, al almacenarse dentro del organismo, se transforma en dióxido de carbono, agua, y energÃa que se libera al medio exterior (entropÃa). A esta reacción bioquÃmica se le denomina la ECUACIÓN DE LA RESPIRACION CELULAR, tema que tocaremos en otra oportunidad.
Por tal motivo, y aunque te parezca inverosÃmil, el órgano encargado de expulsar la grasa de tu cuerpo resulta ser ¡TUS PULMONES! al expulsar el dióxido de carbono que previamente ingeriste como molécula de grasa. Este artÃculo tiene que haberte hecho sentir maravillado de la perfección del cuerpo humano y de la grandeza de la evolución del hombre. No lo eches a perder ingiriendo cualquier alimento saturado en grasas o en azucares y a la vez llevando una vida sedentaria. Al contrario, abre tus ojos y date cuenta que eres producto de la perfección de la fisiologÃa y la anatomÃa.
Hasta los próximos amigos.