Durante los juegos Olímpicos de Verano de Berlín en el año de 1936, cuando Adolfo Hitler quería demostrar al mundo que la raza aria era superior al resto de la humanidad, esta idea descabellada sufrió un golpe que quizá nunca logró superar el famoso “Fuhrer”. Durante esas justas olímpicas fueron dos norteamericanos liderados por el Gran Jesse Owens de raza negra que con un tiempo de 10.3 logro vencer todos los seudoargumentos que pregonaba el partido nazi en aquella época. Fue un duro golpe para el nacionalsocialismo dado a que fue la raza negra y no la aria, la que recibió el ramo de olivo del Olimpo por ser el hombre más veloz sobre la faz de la tierra.
Con los años, los tiempos en los 100 metros planos fueron reduciéndose a tal punto que en los juegos olímpicos de verano de México en 1968 se corrieron los 100 metros en menos de 10 segundos, y nuevamente fue un atleta de raza negra quien lo logró, esta vez el gran Jim Hines con un tiempo de 9.95.
En el siglo XXI hemos llegado a tiempos que hace 25 años pensábamos que sería imposible alcanzar, por ejemplo, el jamaicano Usain Bolt logró en Londres en 2,012 el fenomenal tiempo de 9.63. ¿A qué se debe esta mejoría en los tiempos en el atletismo, en la natación, en el ciclismo, en el aumento de la fuerza y resistencia en los boxeadores?, ¿será porque se han aplicado de mejor forma los principios del entrenamiento deportivo en la preparación de los atletas?; por supuesto que sí, y gran parte de ese cumplimiento de los principios pedagógicos del deporte se debe al perfeccionamiento en los métodos de preparación de la fuerza de los deportistas.
Los metodólogos a lo largo de los años se han dado cuenta que el incluir planes de preparación de resistencia a la fuerza, fuerza máxima, etc, hacen de los deportistas más fuertes, más veloces, más flexibles inclusive (contra la creencia errada y tonta de algunos que piensan que el aumento de la masa muscular va en detrimento de la flexibilidad). Por todo lo anterior, podemos constatar que el incluir entrenamientos de fuerza con pesas en los atletas, se ha traducido en el aumento de la performance en grados inimaginables. ¿Cuánto trabajo de fuerza hacía Jesse Owens en 1936 para prepararse para las justas olímpicas?, y ¿Cuánto trabajo hacen hoy en fuerza los atletas que en menos de ocho meses estarán participando en Tokio 2,020? Definitivamente, hoy tenemos argumentos científicos para poder aseverar que sin un trabajo de fuerza en todo el cuerpo del atleta durante todo su macrociclo de entrenamiento, las probabilidades de que logre llegar a la excelencia deportiva serán muy pero muy escasas.
Es ahí donde entra el dilema, ¿Quién nos puede asesorar científicamente para alcanzar todo nuestro potencial físico?, pues te tenemos la respuesta, en COMPLETE CLUB somos fanáticos de la aplicación de la ciencia a los entrenamientos deportivos, por lo que independientemente de cuáles sean los objetivos en tu carrera deportiva, nosotros tenemos las armas intelectuales para crear en ti el mejor plan de preparación física integral para que logres alcanzar tus objetivos.
Finalmente, recuerda, no lograrás la excelencia deportiva hoy en día si no está en tu planificación de preparación física un plan progresivo y controlado del aumento y mantenimiento de las cargas de entrenamiento de la fuerza a través de las pesas libres y de las máquinas de fuerza selectorizadas.
Continuaremos en artículos posteriores explicándote métodos y rutinas de entrenamiento que pueden elevarte a ti también a la gloria del deporte olímpico.
Hasta la próxima amigos.